María Jesús Pavez Hernández

com Mordedores

En completo silencio, sin modificaciones en la luz que nos recibe, nos disponemos (el público) formando un cuadrado de asientos …. dónde todos podemos mirarnos, donde esperamos que la escena acontezca al centro y sorpresivamente comienza la escena entre nosotros… son como uno mas…el sonido se amplifica como si la goma de mascar fuese nuestra necesidad inmediata. Son aquellos globitos de plástico que descubrimos alguna vez… y apretamos y apretamos… con un sonido particular y que se apodera de las mandíbulas de los intérpretes. Ritmos, expresiones y corporalidades que no nos dejan indiferente… sin razón, ni mas información que 4 acciones que constituyen la obra. Nos hacen entrar en el estado del cual el cuerpo se apodera… dejamos de ver los rostros: Cuando se comen entre ellos, cuando también comen todos de lo mismo, comen plástico como cuales gallinas al maiz…. la obra nos presenta ciclos en forma de vicio, que empiezan y pueden perderse en lo mismo, una y otra vez…. ese lugar vicioso de la acción instintiva, que se comunica desde la boca como nuestro primer contacto con el otro, con el mundo…. y que a veces muchos de nosotros quizas no lo tuvimos…. tenemos la oportunidad como espectadores de seguir un recorrido que ocurre frente a otros, frente a mis ojos, desde lejos y desde cerca…. Me pregunto si he observado tan detenidamente las AVES. Su comportamiento me causó rechazo en la infancia, o simplemente no acaparó mi atención… Aves que nos muestran  que también tienen piel, que ridiculizan la piel cuando pasa a ser un juego para mi. Un juego porque me transporta a los indicios de todo, como si comenzara una exploración sin pretenciones ni tanta información… Es así como emerge la voz de lo que no sabemos, de lo que está en el cuerpo por abordar cuando se posiciona en la danza… con sus preguntas que se resuelven en la práctica y terminan siendo el conocimiento de lo que se estaba buscando… aparecen las exclamaciones que nos hacen ridículos, a los ojos de otros; las que no dejamos salir a flote por pertenecer a una cultura… que nos desbordan cuando no sabemos que estamos en el límite de habitar un estado… uno más de los cuántos nos facilita la investigación corporal… Ese estado que se sale del cuerpo, que quiere gritar y expandirse sin razón…. y es danza igualmente… y entonces, me pregunto si la forma o la técnica es aquella que no nos deja ridiculizar el cuerpo, entendiendo de que cuidamos algunas veces tanto lo que se ve y no….